viernes, 22 de noviembre de 2013

Rafael Leonidas Trujillo

 
   


Nació en San Cristóbal el 24 de octubre de 1891. Fueron sus padres José Trujillo Valdez, pequeño comerciante descendiente de un sargento (posiblemente de origen canario), del cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Español que llegó al país en 1861, y Altagracia Julia Molina, hija de Pedro Molina, campesino dominicano, y de Luisa Ercina Chevalier, hija a su vez de un oficial haitiano de los tiempos de la ocupación de 1822. 

La infancia de Trujillo transcurrió de manera relativamente incolora y no fue diferente a la de cualquier niño de esa época. Su instrucción elemental fue irregular y bastante limitada. A los seis años fue inscrito en la escuela de Juan Hilario Meriño que funcionaba en la casa de su dueño como era costumbre en esos tiempos. En San Cristóbal operaban para entonces cuatro escuelas en casas familiares y, la más grande de ellas era dirigida por la abuela de Rafael Leonidas, Luisa Ercina Chevalier que instruía a unos 63 alumnos. Trujillo asistió a la escuela de Meriño por espacio de un año, aproximadamente, aprendiendo lectura elemental. De allí pasó al colegio de Pablo Barinas, discípulo de Eugenio María de Hostos radicado en San Cristóbal, y permaneció allí unos tres o cuatro años.

Se dice que Trujillo fue un estudiante "normal y atento" y sus profesores opinaban que era inteligente, llamando poderosamente la atención que su principal interés, manifestado a nivel casi obsesivo, era lucir aseado y reluciente. En la adolescencia mostró una sexualidad bien marcada que dirigía de manera manifiesta a todas las mujeres en su entorno.

Al cumplir los 16 años un tío materno suyo, Plinio Pina Chevalier, le consiguió un empleo de telegrafista, trabajo que desempeñó en Baní y Santo Domingo por unos tres años, aunque la mayor parte de su actividad la desplegó en San Cristóbal, donde residía junto a sus padres en la calle Constitución. Trujillo recibía un sueldo de 25 dólares al mes. 

Entre los años de 1910 y 1916 se rumoró la participación de Trujillo, junto a su hermano José Arismendy (Petán), en actividades delictivas tales como robo de ganado, entre otras. En cierta ocasión fue convicto por la falsificación de u cheque o pagaré, por lo cual se le impuso una multa y pena de cárcel. También fue vinculado a la desaparición de cierta suma de dinero en la oficina postal de Santo Domingo. 

En 1913, a la edad de 22 años, contrajo matrimonio con Aminta Ledesma, una campesina de San Cristóbal. Los padres de la joven, pobres y sin prestigio social consintieron de mal grado el matrimonio de su hija con Trujillo, de cuestionada reputación, porque la joven se encontraba embarazada de quien fue la primera hija de Rafael, a quien llamaron Flor de Oro.

La participación de Trujillo en asuntos públicos comienza más o menos por esos años (1913-1914) cuando se declara "horacista". Por el año de 1916 pasó a formar parte de una pandilla de maleantes que fue conocida como "La 44". Esta banda asaltaba las bodegas y almacenes que abastecían a los trabajadores en los ingenios azucareros y, además, practicaban el chantaje y todo tipo de violencia.

Trujillo contaba a la sazón 25 años de edad cuando comienzan sus trabajos en los ingenios. Trabajó como pesador 0 encargado de una báscula en un cargadero. Trabajó en San Isidro en una propiedad norteamericana, y más tarde en el ingenio Boca Chica, permaneciendo en este trabajo sólo el tiempo que duro una zafra. Más tarde tomó un empleo como guardacampestre recibiendo un sueldo de treinta dólares mensuales.

Al producirse en el país la intervención norteamericana su vida dio un giro que lo sacaría de los ingenios azucareros dando los primeros pasos de su carrera política y militar. En el año 1918 el Gobierno Militar Norteamericano desarmó la población y procedió a crear una especie de Guardia Nacional. Mediante una carta que escribiera al coronel C. F. Williams, comandante de este cuerpo y apoyándose en una carta de recomendación de la administración del Central Boca Chica, Trujillo solicitó el ingreso a ese cuerpo militar. Su solicitud fue aprobada el 27 de diciembre. Rápidamente fue ascendido a segundo teniente, prestando juramento el 11 de enero de 1919. Trujillo se convirtió en el teniente número 15 de los dieciséis que existían entonces en la Guardia Nacional.

Trujillo ascendió rápidamente en la escala jerárquica de la Guardia Nacional, atropellando, en El Seibo, a los patriotas que se levantaban contra la intervención.

En 1921 Rafael L. Trujillo ingresó en una Academia Militar que fundara el Ejército de Ocupación en Haina y el 22 de diciembre de ese mismo año fue designado para ocupar la jefatura de la Guarnición de San Pedro de Macorís. Fue trasladado al Cibao en 1922 y, mientras se encontraba en San Francisco de Macorís fue ascendido a capitán sin pasar por el grado de primer teniente, algo irregular tomando en cuenta el escalafón militar pero, explicable debido a los "servicios" prestados por Rafael Leonidas al invasor norteamericano. Este ascenso fue acompañado por la reorganización de la Guardia Nacional, que se convirtió en Policía Nacional Dominicana, en la cual ocupó, muy poco tiempo después, el mando de la 10ª Compañía. También fue elogiado aquí por sus servicios y en los meses de mayo y agosto de 1923, antes de su nombramiento como inspector del primer distrito militar, Trujillo participó como estudiante en la Escuela de Oficiales del Departamento del Norte. En esta época, a pesar de que su formación era militar, comienzan a manifestarse sus inclinaciones políticas.

Al llegar el 1924 fue promovido en forma temporal al mando de la Guarnición del Departamento Norte y, en septiembre de ese mismo año, recibió el nombramiento definitivo, siendo ascendido al rango de mayor.

Al triunfar Horacio Vásquez en las elecciones que siguieron a la desocupación de las tropas norteamericanas en 1924, Trujillo recibió la petición de permanecer al frente de la Policía Nacional. El 6 de diciembre de ese mismo año el Presidente Vásquez lo promueve a teniente Coronel y le nombre Jefe del Estado Mayor.

Trujillo se divorcia de su esposa Aminta Ledesma quien obtiene la custodia de su hija Flor de Oro y una pensión de 100 pesos mensuales para la manutención de ésta. En 1925 contrae nuevamente matrimonio, esta vez con Bienvenida Ricardo, joven perteneciente a una destacada familia de Monte Cristy, lo que no impidió que continuara con sus amoríos extramaritales. El matrimonio cayó en una severa crisis al enamorarse Trujillo de la que sería su tercera y última esposa, María Martínez, perteneciente a una familia respetada aunque de baja escala social.

El 13 de agosto de 1927 Trujillo fue promovido a General de Brigada, cuatro días antes de la formal transformación de la Policía Nacional en Brigada Nacional. "Su constitución subsiguiente como Ejército Nacional, conforme a la Ley número 928, del 17 de mayo de 1928, completó el camino recorrido por Trujillo desde el grado de Segundo Teniente hasta el de General de Brigada y Comandante en Jefe del Ejército Nacional -todo ello en menos de diez años- al tiempo que señalaba su aparición como figura de notorio relieve en el panorama nacional." (Grassweller)

A finales de 1930 el país era un hervidero de protestas debido al deterioro del gobierno del Presidente Vásquez que había venido enfrentando serios problemas y atravesando por una etapa de despilfarro y negocios deshonestos, olvidando los intereses públicos. El enriquecimiento ilícito y la corrupción administrativa se generalizaron, produciendo la pérdida de control del Presidente quien además, pretendía reelegirse.

Apoyados por la mano amiga de la legación norteamericana se origina en Santiago un movimiento cívico militar con la intención de derrocar al gobierno. El representante civil fue el Lic. Rafael Estrella Ureña y Rafael L. Trujillo Molina, en ese momento Jefe del Ejército y General de Brigada, el militar. Los rebeldes produjeron un asalto a la fortaleza de Santiago y luego de la toma de la fortaleza marcharon hacia Santo Domingo. El Presidente Vásquez llamó a Trujillo para que enfrentase la situación, pero éste pretendió encontrarse enfermo. Vásquez acude a la Fortaleza Ozama donde Trujillo le manifiesta su adhesión. Se nombra entonces al Coronel José Alfonseca para dirigir las acciones militares, pero Trujillo lo sustituye con Simón Díaz quien tenía instrucciones de entenderse con los insurrectos.

A pocos días de escenificarse esta comedia, específicamente el 26 de febrero, las tropas rebeldes bajo el mando del general José Estrella (tío de la cabeza civil del movimiento), entraron sin luchar a la ciudad capital, gritando consignas a favor del Lic. Estrella Ureña y del General Trujillo.

En el local de la Legación Norteamericana fueron reunidos los leales al gobierno y los insurrectos, y luego de cumplir con algunos requisitos constitucionales, fue anunciada la renuncia del Presidente Vásquez y la formación de un nuevo gobierno que llevaba como Presidente al Lic. Rafael Estrella Ureña, aunque realmente era Trujillo quien controlaba la situación mediante los nombramientos de hombres de su confianza en puestos claves.

A pesar de que había prometido que no aspiraría a la presidencia del país, Trujillo es proclamado candidato el 18 de marzo de 1930 y electo presidente el 16 de mayo de ese mismo año. Todo asomo de oposición política fue eliminado mediante asesinatos, sobornos y persecuciones. Desde sus comienzos, el régimen de Trujillo se caracterizó abiertamente como una tiranía. 

Uno de los primeros actos de barbarie que merece la pena recordar fue el asesinato en Santiago, el 1ro. de junio de 1930, de Virgilio Martínez Reyna y de su esposa. Martínez Reyna, prominente hombre de gran reputación que había sido el principal lugarteniente del Vicepresidente José Dolores Alfonseca, le había aconsejado a Alfonseca que se librara de Trujillo. Un grupo de asesinos llegó a su casa y tras acribillarle a balazos, le acuchillaron y mutilaron con sus machetes. Mientras cometían el crimen, su esposa, que estaba embarazada, entró a la habitación y recibió dos balazos en el vientre. Así quedó marcada la tónica del tratamiento a darse a los opositores del nuevo gobernante, que habría de mantener el poder durante 31 años. 

El régimen de Trujillo monopolizó la actividad partidista con la creación, desde sus comienzos, de su propio partido que fue conocido como el Partido Dominicano. Valiéndose de presiones psicológicas y manipulando el miedo, logró que se inscribieran en él una gran cantidad de personas, incluyendo algunos de sus más fervientes opositores. La misión política de tal entidad no era otra que materializar los deseos de Trujillo. La exaltación de su personalidad fue uno de sus aspectos fundamentales, junto a la justificación histórica de su llegada al poder político. En una especie de culto a la personalidad se le hizo sentir y creer al pueblo dominicano que necesitaba de un conductor mesiánico y casi sobrehumano que condujera su destino.

Se utilizó ampliamente la figura del anticomunismo para agredir a los opositores del régimen y así se justificaban las persecuciones políticas. Trujillo supo, valiéndose de toda clase de artimañas, principalmente del temor, obtener la colaboración de los núcleos de intelectuales, hasta el extremo de desaparecer la producción literaria que no era afecta al régimen. Todo estaba controlado y el mensaje ideológico que recibía el pueblo a través de la prensa radial, escrita, televisada, en las escuelas y hasta en las iglesias, era una justificación del régimen y una exaltación de la personalidad de Trujillo que fue llamado el "Jefe" y también "Benefactor de la Patria Nueva".

Surgió una casta de adulones cuyo principal interés parecía ser la alimentación del ego de Trujilllo. Así las cosas, en el año de 1935 Mario Fermín Cabral propone que se cambie el tradicional nombre de la capital del país, Santo Domingo, por el de Ciudad Trujillo. Se erige el Obelisco para conmemorar la barbaridad. Este mismo individuo, fungiendo como presidente del Partido Dominicano, ideó el símbolo de la palmita que posteriormente lo identificó, convirtiéndose prácticamente en una especie de documento de identidad que toda persona debía portar consigo so pena de ser castigado hasta con la cárcel.

Entre las cosas positivas que pueden mencionarse en relación con el régimen de Trujillo caben el balance del presupuesto de la nación y su crecimiento continuado, la liberalización del control norteamericano de las aduanas en 1940, el pago de la deuda externa e interna, la construcción del Banco de Reservas de la República Dominicana y el Banco Agrícola e Hipotecario, mediante la reorganización monetaria de 1947, y el mantenimiento de la paridad de la moneda nacional. 

También debe mencionarse cierto desarrollo urbano. La ciudad capital fue reconstruida tras el devastador paso de un feroz huracán llamado San Zenón que prácticamente la destruyó, se construyeron y repararon carreteras, se levantaron puentes, se edificó el aeropuerto en Santo Domingo.

En 1940 se inauguró en la Universidad de Santo Domingo la Facultad de Filosofía, construyéndose importantes edificios. Aparte de las escuelas primaria y secundaria en operación, se crearon escuelas especiales, tales como el Liceo Musical, la Escuela Diplomática y Consular, la de Artes y Oficios y la de Bellas Artes. También fueron creadas la Orquesta Sinfónica Nacional, el Archivo Nacional de la Nación, La Voz Dominicana (Televisora Nacional), etc.

Por otra parte, Trujillo monopolizó el aspecto económico del país y las principales empresas industriales, el sistema bancario, las mejoras en las tierras así como la industria azucarera (salvo los ingenios de la familia Vicini y el Central Romana) pasaron a sus manos particulares; también se apropió de parte del comercio tanto nacional como del exterior. Trujillo monopolizaba la producción de alcohol, las fábricas de alimento para ganado, los principales sectores de la producción manicera, poseía compañías de créditos (Banco Popular de Crédito); la Fábrica de Baterías Dominicanas, la Industria Nacional del Vidrio, Café Dominicano, C. por A., Ganadería Industrial Dominicana, Compañía Anónima Tabacalera, Chocolatera Industrial Dominicana, Compañía Dominicana de Fósforos, Sociedad Industrial Dominicana, Gases Industriales Dominicanos, Industrial Lechera, Laboratorio Químico Dominicano, Minerales Dominicanos, C. por A., Compañía Dominicana de Aviación, Flota Mercante Dominicana, Petrolera Dominicana, Pinturas Dominicanas, Sacos y Tejidos Dominicanos, Sal y Yeso Dominicanos, C. por A. Compañía de Seguros San Rafael, C. pro A., Fábrica Dominicana de Calzado, C. por A., así como el negocio de mármol y de madera, etc.

En los últimos años de la tiranía trujillista se incrementó el número de persecuciones y asesinatos, se establecieron centros de tortura en varios puntos del país. En esta última etapa del régimen se destaca de manera especial la muerte, el 25 de noviembre de 1960, de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes, asesinadas en compañía de su chofer Rufino de la Cruz Disla cuando regresaban de visitar a sus esposos, encarcelados por razones políticas en Puerto Plata. La atmósfera en el país era prácticamente irrespirable.

Finalmente, la noche del 30 de mayo de 1961, Trujillo fue ultimado a balazos en la Ave. George Washington, víctima de una emboscada en la que se destacaron Modesto Díaz, Salvador Estrella Sahdalá, Antonio de la Maza, el Teniente Amado García Guerrero, Manuel Cáceres Michel (Tunti), Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, General Antonio Imbert Barreras, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda y otros.

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