viernes, 22 de noviembre de 2013

Leonel Fernández Reyna



(Santo Domingo, 1953) Político dominicano, presidente de la República desde 1996 hasta 2000 y elegido nuevamente jefe del Estado en 2004. Se formó en centros escolares de Nueva York y cursó la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la que se doctoró con honores en 1978. Recibió además el premio J. Humberto Ducoudray, como alumno más destacado de su promoción en la Escuela de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.

Inquieto desde estos años por los problemas sociales y atraído por las ideas progresistas, ingresó en un comité de base del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que dirigía el veterano político Juan Bosch. En 1973 acompañó a éste cuando se separó del PRD y fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Fernández destacó como líder estudiantil en la década de los setenta; llegó a ocupar la Secretaría General de la Asociación de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD y participó activamente en las agitaciones reivindicativas. Dentro del PLD desempeñó los cometidos de responsable de circulares, secretario de comité de base, miembro del Comité Central (1983), miembro del Comité Político (1990) y secretario de Asuntos Internacionales y de Prensa. También dirigió la revista Teoría y Acción y colaboró en la redacción de Vanguardia del Pueblo, órgano de prensa del PLD.

En 1994 fue elegido para acompañar a Bosch como candidato a la vicepresidencia en las elecciones del 16 de mayo, ganadas fraudulentamente por el presidente saliente, Joaquín Balaguer. En las nuevas presidenciales celebradas el 16 de mayo de 1996, adelantadas tras un pacto entre Balaguer y la oposición para superar la crisis provocada, Fernández fue designado candidato del PLD y recibió el apoyo de Balaguer (en desaire al candidato de su propio partido, el PRSC, conservador), con el objeto de impedir la victoria del popular e izquierdista dirigente del PRD, José Francisco Peña Gómez, virtual ganador en 1994 de no haber mediado las manipulaciones.

En la primera vuelta, Fernández quedó en segundo lugar, tras Peña Gómez, con el 33% de los sufragios, pero en la segunda del 30 de junio operó el inopinado pacto Balaguer-Bosch (hasta hacía poco su enemigo inveterado), y Fernández pudo imponerse con el 51,2%.

El 16 de agosto de ese mismo año tomó posesión para un mandato cuatrienal y formó un gobierno de coalición con el PRSC. Tras el gobierno del socialdemócrata Hipólito Mejía entre 2000 y 2004, Fernández regresó a la jefatura del Estado para iniciar un nuevo mandato. En la primera parte de su legislatura enderezó el rumbo de la maltrecha economía dominicana. En las elecciones presidenciales de mayo de 2004 resultó reelegido para un nuevo mandato cuatrienal.

Hombre de notable hacer intelectual, Leonel Fernández se expresa con fluidez en francés e inglés, y ha participado en numerosos cursos y seminarios dentro y fuera de su país. Ha impartido la docencia en la UASD y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y ha intervenido en conferencias celebradas en la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Además, ha escrito varios libros y diversos artículos sobre comunicación, cultura, historia y derecho, y ejercido la abogacía en varios tribunales de la República Dominicana.

Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fernandez_leonel.htm

Antonio Guzmán Fernández



Hacendado y político, nació en La Vega el 12 de febrero de 1911. Hijo de Silvestre Guzmán , rico negociante de frutos, y de Jimena Fernández. Realizó sus estudios primarios en el Colegio San Sebastián, y los secundarios en la Escuela Normal de Dolores Morilla, en su ciudad natal. Hombre de carácter y emprendedor, trabajó desde muy joven para forjarse una posición independiente, buscando orientación fuera del ámbito familiar. Apenas con 16 años comenzó a laborar como oficinista en la empresa importadora Font Gamundy & Cía., trabajo que abandonó en 1928 para ingresar como comprador de frutos para la compañía exportadora holandesa Curacao Trading Co., empresa donde llegó a desempeñar la gerencia en Salcedo, Moca, Barahona, Santiago y La Vega, hasta el 1942. En 1939 había contraído matrimonio con la señorita Renee Klang con quien procreó a sus dos hijos Iván, ingeniero y catedrático universitario, que pereció en plena juventud en un accidente automovilístico en 1970, y Sonia. Al presentar renuncia a su cargo en 1942 como Gerente de la Curacao, estableció, asociado con Alberto Oquet, un negocio propio de compra y venta de frutos para la exportación, al que dieron el nombre de Productos Dominicanos, C. por A. El éxito obtenido le permitió incursionar en la explotación agrícola y la ganadería, campo donde también alcanzó notables progresos económicos. Tras la muerte del dictador Rafael L. Trujillo y al iniciarse la lucha partidaria democrática, Guzmán se interesó en la política, integrándose al PRD - Partido Revolucionario Dominicano. Participó activamente en la campaña electoral 1962-1963 en la que salió ganador por abrumadora mayoría de votos, el Prof. Juan Bosch Gaviño, para desempeñar la Presidencia de la República. En el breve gobierno democrático del Prof. Bosch, destituido por un Golpe de Estado en septiembre de ese mismo año, Guzmán fue designado Secretario de Estado de Agricultura. A partir de entonces Guzmán se empeñó activamente en el PRD, que se organizaba con miras a reconquistar el poder perdido. Tras la revuelta constitucionalista de abril del año de 1965, Guzmán Fernández surge como candidato a la Presidencia Provisional, apoyado por el PRD, sin embargo, las exigencias desconsideradas de los norteamericanos le condujeron a declinar el desempeño de tal posición. Fue candidato a la Vicepresidencia de la República, acompañando al Prof. Juan Bosch en las elecciones de 1966 en las que salió victorioso el Dr. Joaquín Balaguer. Su partido lo eligió en 1977como candidato a la Presidencia de la República para los comicios a celebrarse en 1978, teniendo como compañero de boleta para la Vicepresidencia al Lic. Jacobo Majluta. Guzmán y Majluta resultaron electos y asumieron sus cargos el 16 de agosto de 1978. Inmediatamente, el Presidente Guzmán tomó una serie de medidas tendentes a contrarrestar la corrupción instaurada en los gobiernos anteriores. Inició una acción tendente a despolitizar las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, y en tan sólo cuatro meses puso en retiro unos 25 generales y otros tantos coroneles y oficiales considerados hasta el momento como "intocables". Antes de cumplir 60 días en el poder, promulgó una Ley de Amnistía, poniendo en libertad a centenares de presos políticos, y permitiendo el regreso de decenas de exiliados del régimen anterior. Don Antonio formó un gobierno de hombres conservadores y liberales, muchos de ellos provenientes de otras tendencias políticas diferentes a la suya. Derogó las medidas administrativas vigentes que atentaban contra el disfrute de las libertades individuales y creo un ambiente democrático, prácticamente olvidado. Su política económica puede resumirse diciendo que fue de incentivo al desarrollo agrícola y la agroindustria como principales fuentes de empleo para las zonas rurales. Protegió la pequeña y mediana industria, limitó las importaciones suntuarias, estimuló la actividad exportadora y la ampliación de la producción de energía eléctrica. Al término de su mandato, víctima de una severa depresión, Don Antonio Guzmán Fernández se quitó la vida de un balazo en la cabeza, en sus oficinas del Palacio de Gobierno, la noche del 3 de julio de 1982.

Joaquin Antonio Balaguer Ricardo


Nació en Navarrete el 1 de septiembre de 1906. Poeta, político, abogado y ensayista. Hijo del puertorriqueño Joaquín Balaguer Lespier y la dominicana Carmen Celia Ricardo. Cursó su educación primaria e intermedia en la Escuela Paraguay de Santiago de los Caballeros, bajo la tutoría de Juan Tomás Lithgow y la secundaria en la Escuela Normal Teórica, de la misma ciudad, dirigida por Ricardo Ramírez, donde se recibió de Bachiller en 1922.

Se graduó de licenciado en Derecho en 1929 en la Universidad de Santo Domingo en 1934 y se doctoró en esa misma área en La Sorbona de París, donde también estudió Economía Política. Desde muy joven ingresó a la vida pública, iniciándose como maestro de escuela secundaria. Fue abogado del Estado en el Tribunal de Tierra (1930), Secretario de la Legación Dominicana en Madrid (1932-1935), Sub-secretario de la Presidencia (1936), Subsecretario de Relaciones Exteriores (1937), Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante los gobiernos de Colombia y Ecuador (1940 y 1943), Embajador en México (1947), Secretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos (1949 y 1955), Secretario de Estado de Relaciones Exteriores (1953 y 1957), Secretario de la Presidencia (1956) y Vicepresidente de la República (1957). En 1960, cuando Héctor B. Trujillo renunció a la primera magistratura del país, se convirtió en Presidente de la República y en 1962 presidió el Consejo de Estado.

Luego de la muerte de Trujillo fundó el Partido Reformista, de orientación conservadora, que lo llevó a la presidencia de la República en seis ocasiones (1966-1970, 1970-1974, 1974-1978, 1986-1990, 1990-1994 y 1994-1996). Desde adolescente mostró gran interés por la literatura. A ello contribuyó su acercamiento a la poesía de Rubén Darío, su contacto con los ensayos de José Enrique Rodó y Juan Montalvo y, sobretodo, el amor a las letras que le inculcaron la destacada educadora santiaguera Rosa Smester y el profesor italiano, radicado en Santiago, Salvador Cucurullo. Su producción literaria es abundante y abarca los géneros poesía, ensayo, historia, crítica literaria, discursos y biografía.

Sin embargo, es el ensayo histórico y biográfico el género donde ha escrito sus mejores textos. Su Historia de la literatura dominicana ha sido texto oficial de literatura para el cuarto año del bachillerato por varias décadas.Murió en Santo Domingo el 14 de julio del 2002.

http://www.mi-rd.com/Interes/Historia/JoaquinBalaguer.html

Rafael Leonidas Trujillo

 
   


Nació en San Cristóbal el 24 de octubre de 1891. Fueron sus padres José Trujillo Valdez, pequeño comerciante descendiente de un sargento (posiblemente de origen canario), del cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Español que llegó al país en 1861, y Altagracia Julia Molina, hija de Pedro Molina, campesino dominicano, y de Luisa Ercina Chevalier, hija a su vez de un oficial haitiano de los tiempos de la ocupación de 1822. 

La infancia de Trujillo transcurrió de manera relativamente incolora y no fue diferente a la de cualquier niño de esa época. Su instrucción elemental fue irregular y bastante limitada. A los seis años fue inscrito en la escuela de Juan Hilario Meriño que funcionaba en la casa de su dueño como era costumbre en esos tiempos. En San Cristóbal operaban para entonces cuatro escuelas en casas familiares y, la más grande de ellas era dirigida por la abuela de Rafael Leonidas, Luisa Ercina Chevalier que instruía a unos 63 alumnos. Trujillo asistió a la escuela de Meriño por espacio de un año, aproximadamente, aprendiendo lectura elemental. De allí pasó al colegio de Pablo Barinas, discípulo de Eugenio María de Hostos radicado en San Cristóbal, y permaneció allí unos tres o cuatro años.

Se dice que Trujillo fue un estudiante "normal y atento" y sus profesores opinaban que era inteligente, llamando poderosamente la atención que su principal interés, manifestado a nivel casi obsesivo, era lucir aseado y reluciente. En la adolescencia mostró una sexualidad bien marcada que dirigía de manera manifiesta a todas las mujeres en su entorno.

Al cumplir los 16 años un tío materno suyo, Plinio Pina Chevalier, le consiguió un empleo de telegrafista, trabajo que desempeñó en Baní y Santo Domingo por unos tres años, aunque la mayor parte de su actividad la desplegó en San Cristóbal, donde residía junto a sus padres en la calle Constitución. Trujillo recibía un sueldo de 25 dólares al mes. 

Entre los años de 1910 y 1916 se rumoró la participación de Trujillo, junto a su hermano José Arismendy (Petán), en actividades delictivas tales como robo de ganado, entre otras. En cierta ocasión fue convicto por la falsificación de u cheque o pagaré, por lo cual se le impuso una multa y pena de cárcel. También fue vinculado a la desaparición de cierta suma de dinero en la oficina postal de Santo Domingo. 

En 1913, a la edad de 22 años, contrajo matrimonio con Aminta Ledesma, una campesina de San Cristóbal. Los padres de la joven, pobres y sin prestigio social consintieron de mal grado el matrimonio de su hija con Trujillo, de cuestionada reputación, porque la joven se encontraba embarazada de quien fue la primera hija de Rafael, a quien llamaron Flor de Oro.

La participación de Trujillo en asuntos públicos comienza más o menos por esos años (1913-1914) cuando se declara "horacista". Por el año de 1916 pasó a formar parte de una pandilla de maleantes que fue conocida como "La 44". Esta banda asaltaba las bodegas y almacenes que abastecían a los trabajadores en los ingenios azucareros y, además, practicaban el chantaje y todo tipo de violencia.

Trujillo contaba a la sazón 25 años de edad cuando comienzan sus trabajos en los ingenios. Trabajó como pesador 0 encargado de una báscula en un cargadero. Trabajó en San Isidro en una propiedad norteamericana, y más tarde en el ingenio Boca Chica, permaneciendo en este trabajo sólo el tiempo que duro una zafra. Más tarde tomó un empleo como guardacampestre recibiendo un sueldo de treinta dólares mensuales.

Al producirse en el país la intervención norteamericana su vida dio un giro que lo sacaría de los ingenios azucareros dando los primeros pasos de su carrera política y militar. En el año 1918 el Gobierno Militar Norteamericano desarmó la población y procedió a crear una especie de Guardia Nacional. Mediante una carta que escribiera al coronel C. F. Williams, comandante de este cuerpo y apoyándose en una carta de recomendación de la administración del Central Boca Chica, Trujillo solicitó el ingreso a ese cuerpo militar. Su solicitud fue aprobada el 27 de diciembre. Rápidamente fue ascendido a segundo teniente, prestando juramento el 11 de enero de 1919. Trujillo se convirtió en el teniente número 15 de los dieciséis que existían entonces en la Guardia Nacional.

Trujillo ascendió rápidamente en la escala jerárquica de la Guardia Nacional, atropellando, en El Seibo, a los patriotas que se levantaban contra la intervención.

En 1921 Rafael L. Trujillo ingresó en una Academia Militar que fundara el Ejército de Ocupación en Haina y el 22 de diciembre de ese mismo año fue designado para ocupar la jefatura de la Guarnición de San Pedro de Macorís. Fue trasladado al Cibao en 1922 y, mientras se encontraba en San Francisco de Macorís fue ascendido a capitán sin pasar por el grado de primer teniente, algo irregular tomando en cuenta el escalafón militar pero, explicable debido a los "servicios" prestados por Rafael Leonidas al invasor norteamericano. Este ascenso fue acompañado por la reorganización de la Guardia Nacional, que se convirtió en Policía Nacional Dominicana, en la cual ocupó, muy poco tiempo después, el mando de la 10ª Compañía. También fue elogiado aquí por sus servicios y en los meses de mayo y agosto de 1923, antes de su nombramiento como inspector del primer distrito militar, Trujillo participó como estudiante en la Escuela de Oficiales del Departamento del Norte. En esta época, a pesar de que su formación era militar, comienzan a manifestarse sus inclinaciones políticas.

Al llegar el 1924 fue promovido en forma temporal al mando de la Guarnición del Departamento Norte y, en septiembre de ese mismo año, recibió el nombramiento definitivo, siendo ascendido al rango de mayor.

Al triunfar Horacio Vásquez en las elecciones que siguieron a la desocupación de las tropas norteamericanas en 1924, Trujillo recibió la petición de permanecer al frente de la Policía Nacional. El 6 de diciembre de ese mismo año el Presidente Vásquez lo promueve a teniente Coronel y le nombre Jefe del Estado Mayor.

Trujillo se divorcia de su esposa Aminta Ledesma quien obtiene la custodia de su hija Flor de Oro y una pensión de 100 pesos mensuales para la manutención de ésta. En 1925 contrae nuevamente matrimonio, esta vez con Bienvenida Ricardo, joven perteneciente a una destacada familia de Monte Cristy, lo que no impidió que continuara con sus amoríos extramaritales. El matrimonio cayó en una severa crisis al enamorarse Trujillo de la que sería su tercera y última esposa, María Martínez, perteneciente a una familia respetada aunque de baja escala social.

El 13 de agosto de 1927 Trujillo fue promovido a General de Brigada, cuatro días antes de la formal transformación de la Policía Nacional en Brigada Nacional. "Su constitución subsiguiente como Ejército Nacional, conforme a la Ley número 928, del 17 de mayo de 1928, completó el camino recorrido por Trujillo desde el grado de Segundo Teniente hasta el de General de Brigada y Comandante en Jefe del Ejército Nacional -todo ello en menos de diez años- al tiempo que señalaba su aparición como figura de notorio relieve en el panorama nacional." (Grassweller)

A finales de 1930 el país era un hervidero de protestas debido al deterioro del gobierno del Presidente Vásquez que había venido enfrentando serios problemas y atravesando por una etapa de despilfarro y negocios deshonestos, olvidando los intereses públicos. El enriquecimiento ilícito y la corrupción administrativa se generalizaron, produciendo la pérdida de control del Presidente quien además, pretendía reelegirse.

Apoyados por la mano amiga de la legación norteamericana se origina en Santiago un movimiento cívico militar con la intención de derrocar al gobierno. El representante civil fue el Lic. Rafael Estrella Ureña y Rafael L. Trujillo Molina, en ese momento Jefe del Ejército y General de Brigada, el militar. Los rebeldes produjeron un asalto a la fortaleza de Santiago y luego de la toma de la fortaleza marcharon hacia Santo Domingo. El Presidente Vásquez llamó a Trujillo para que enfrentase la situación, pero éste pretendió encontrarse enfermo. Vásquez acude a la Fortaleza Ozama donde Trujillo le manifiesta su adhesión. Se nombra entonces al Coronel José Alfonseca para dirigir las acciones militares, pero Trujillo lo sustituye con Simón Díaz quien tenía instrucciones de entenderse con los insurrectos.

A pocos días de escenificarse esta comedia, específicamente el 26 de febrero, las tropas rebeldes bajo el mando del general José Estrella (tío de la cabeza civil del movimiento), entraron sin luchar a la ciudad capital, gritando consignas a favor del Lic. Estrella Ureña y del General Trujillo.

En el local de la Legación Norteamericana fueron reunidos los leales al gobierno y los insurrectos, y luego de cumplir con algunos requisitos constitucionales, fue anunciada la renuncia del Presidente Vásquez y la formación de un nuevo gobierno que llevaba como Presidente al Lic. Rafael Estrella Ureña, aunque realmente era Trujillo quien controlaba la situación mediante los nombramientos de hombres de su confianza en puestos claves.

A pesar de que había prometido que no aspiraría a la presidencia del país, Trujillo es proclamado candidato el 18 de marzo de 1930 y electo presidente el 16 de mayo de ese mismo año. Todo asomo de oposición política fue eliminado mediante asesinatos, sobornos y persecuciones. Desde sus comienzos, el régimen de Trujillo se caracterizó abiertamente como una tiranía. 

Uno de los primeros actos de barbarie que merece la pena recordar fue el asesinato en Santiago, el 1ro. de junio de 1930, de Virgilio Martínez Reyna y de su esposa. Martínez Reyna, prominente hombre de gran reputación que había sido el principal lugarteniente del Vicepresidente José Dolores Alfonseca, le había aconsejado a Alfonseca que se librara de Trujillo. Un grupo de asesinos llegó a su casa y tras acribillarle a balazos, le acuchillaron y mutilaron con sus machetes. Mientras cometían el crimen, su esposa, que estaba embarazada, entró a la habitación y recibió dos balazos en el vientre. Así quedó marcada la tónica del tratamiento a darse a los opositores del nuevo gobernante, que habría de mantener el poder durante 31 años. 

El régimen de Trujillo monopolizó la actividad partidista con la creación, desde sus comienzos, de su propio partido que fue conocido como el Partido Dominicano. Valiéndose de presiones psicológicas y manipulando el miedo, logró que se inscribieran en él una gran cantidad de personas, incluyendo algunos de sus más fervientes opositores. La misión política de tal entidad no era otra que materializar los deseos de Trujillo. La exaltación de su personalidad fue uno de sus aspectos fundamentales, junto a la justificación histórica de su llegada al poder político. En una especie de culto a la personalidad se le hizo sentir y creer al pueblo dominicano que necesitaba de un conductor mesiánico y casi sobrehumano que condujera su destino.

Se utilizó ampliamente la figura del anticomunismo para agredir a los opositores del régimen y así se justificaban las persecuciones políticas. Trujillo supo, valiéndose de toda clase de artimañas, principalmente del temor, obtener la colaboración de los núcleos de intelectuales, hasta el extremo de desaparecer la producción literaria que no era afecta al régimen. Todo estaba controlado y el mensaje ideológico que recibía el pueblo a través de la prensa radial, escrita, televisada, en las escuelas y hasta en las iglesias, era una justificación del régimen y una exaltación de la personalidad de Trujillo que fue llamado el "Jefe" y también "Benefactor de la Patria Nueva".

Surgió una casta de adulones cuyo principal interés parecía ser la alimentación del ego de Trujilllo. Así las cosas, en el año de 1935 Mario Fermín Cabral propone que se cambie el tradicional nombre de la capital del país, Santo Domingo, por el de Ciudad Trujillo. Se erige el Obelisco para conmemorar la barbaridad. Este mismo individuo, fungiendo como presidente del Partido Dominicano, ideó el símbolo de la palmita que posteriormente lo identificó, convirtiéndose prácticamente en una especie de documento de identidad que toda persona debía portar consigo so pena de ser castigado hasta con la cárcel.

Entre las cosas positivas que pueden mencionarse en relación con el régimen de Trujillo caben el balance del presupuesto de la nación y su crecimiento continuado, la liberalización del control norteamericano de las aduanas en 1940, el pago de la deuda externa e interna, la construcción del Banco de Reservas de la República Dominicana y el Banco Agrícola e Hipotecario, mediante la reorganización monetaria de 1947, y el mantenimiento de la paridad de la moneda nacional. 

También debe mencionarse cierto desarrollo urbano. La ciudad capital fue reconstruida tras el devastador paso de un feroz huracán llamado San Zenón que prácticamente la destruyó, se construyeron y repararon carreteras, se levantaron puentes, se edificó el aeropuerto en Santo Domingo.

En 1940 se inauguró en la Universidad de Santo Domingo la Facultad de Filosofía, construyéndose importantes edificios. Aparte de las escuelas primaria y secundaria en operación, se crearon escuelas especiales, tales como el Liceo Musical, la Escuela Diplomática y Consular, la de Artes y Oficios y la de Bellas Artes. También fueron creadas la Orquesta Sinfónica Nacional, el Archivo Nacional de la Nación, La Voz Dominicana (Televisora Nacional), etc.

Por otra parte, Trujillo monopolizó el aspecto económico del país y las principales empresas industriales, el sistema bancario, las mejoras en las tierras así como la industria azucarera (salvo los ingenios de la familia Vicini y el Central Romana) pasaron a sus manos particulares; también se apropió de parte del comercio tanto nacional como del exterior. Trujillo monopolizaba la producción de alcohol, las fábricas de alimento para ganado, los principales sectores de la producción manicera, poseía compañías de créditos (Banco Popular de Crédito); la Fábrica de Baterías Dominicanas, la Industria Nacional del Vidrio, Café Dominicano, C. por A., Ganadería Industrial Dominicana, Compañía Anónima Tabacalera, Chocolatera Industrial Dominicana, Compañía Dominicana de Fósforos, Sociedad Industrial Dominicana, Gases Industriales Dominicanos, Industrial Lechera, Laboratorio Químico Dominicano, Minerales Dominicanos, C. por A., Compañía Dominicana de Aviación, Flota Mercante Dominicana, Petrolera Dominicana, Pinturas Dominicanas, Sacos y Tejidos Dominicanos, Sal y Yeso Dominicanos, C. por A. Compañía de Seguros San Rafael, C. pro A., Fábrica Dominicana de Calzado, C. por A., así como el negocio de mármol y de madera, etc.

En los últimos años de la tiranía trujillista se incrementó el número de persecuciones y asesinatos, se establecieron centros de tortura en varios puntos del país. En esta última etapa del régimen se destaca de manera especial la muerte, el 25 de noviembre de 1960, de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes, asesinadas en compañía de su chofer Rufino de la Cruz Disla cuando regresaban de visitar a sus esposos, encarcelados por razones políticas en Puerto Plata. La atmósfera en el país era prácticamente irrespirable.

Finalmente, la noche del 30 de mayo de 1961, Trujillo fue ultimado a balazos en la Ave. George Washington, víctima de una emboscada en la que se destacaron Modesto Díaz, Salvador Estrella Sahdalá, Antonio de la Maza, el Teniente Amado García Guerrero, Manuel Cáceres Michel (Tunti), Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza, Luis Amiama Tió, General Antonio Imbert Barreras, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda y otros.

Ramón Cáceres Vasquez

Vió la luz en la sección mocana de Estancia Nueva el 15 de diciembre de 1866. Fue hijo de Manuel Altagracia Cáceres y de Remigia Vásquez.

Heredó de su padre, una de las más destacadas figuras del baecismo, la pasión por la política. En su adolescencia se dedicó a trabajos agrícolas y, fundamentalmente, a mejorar la crianza de ganado bovino. Era un hábil jinete y consumado tirador.

Fue primo de Horacio Vásquez y se sintió muy ligado a este desde edad temprana, lo que explica su solidaridad con él durante la llamada "Revolución de Moya". Sin embargo, para esa época todavía la política no le llamaba y en los principios de la tiranía de Ulises Heureaux (Lilís), prefirió seguir dedicándose a sus actividades agropecuarias a las que agregó el transporte de mercancías utilizando recuas. Por esos tiempos contrajo matrimonio con Narcisa Ureña Valencia.

Se cuenta que no manifestó su interés en política hasta que su primo Horacio Vásquez, destacado opositor del tiránico régimen de Lilís, le comunicó que éste había ordenado su asesinato. Entonces, de manera intempestiva y cargado de cólera, le expresó a su primo que había que anticiparse al cumplimiento de tal orden, liquidando antes a Heureaux. Vásquez aceptó la idea y Cáceres se dedicó a preparar el atentado a la espera del momento oportuno para realizarlo. Era tal el rechazo que despertaba la tiranía que no tuvo inconvenientes para encontrar compañeros y el 26 de julio de 1899, Heureaux fue abatido a balazos. El primero en disparar fue el joven Jacobo de Lara, quien dio al tirano un tiro mortal y revolver en mano, Cáceres remató a la víctima. Los conjurados fueron perseguidos pero lograron burlar la persecución y ponerse al frente de un movimiento insurreccional a favor de Juan Isidro Jiménes.

Vásquez estableció en Santiago un gobierno provisional, del cual Cáceres formó parte como Ministro de Guerra y Marina y las tropas insurrectas se dirigieron a la capital. Días más tarde Vásquez, tras la renuncia del Vicepresidente de Lilis, convocó las Asambleas Plenarias, recomendando como presidente a Jiménes. Cáceres renunció al Ministerio y fue nombrado en Santiago como Delegado en el Cibao. Tras las elecciones celebradas en octubre en las que salió triunfante la candidatura Jiménes-Vásquez, Cáceres ocupó el cargo de Gobernador de Santiago. Algunos historiadores afirman que fue Cáceres quien alentó a su primo Horacio Vásquez contra el gobierno del que era la segunda cabeza, otros afirman que Cáceres hubo de recurrir a la violencia para levantar tropas en Santiago.

Luego de instalado el gobierno de facto, Vásquez confirmó a Cáceres en la gobernación de Santiago y además le restituyó el cargo de Delegado en el Cibao.

Cáceres se desempeñó como Vicepresidente en el gobierno dictatorial de Carlos Felipe Morales Languasco (1903-1905). Cuando estalló la revuelta llamada "desunión" contra el gobierno de Morales Languasco, Cáceres lo defendió con las armas y gracias a la lealtad de la Marina y al respaldo recibido de los norteamericanos, lograron sofocar la rebelión.

Fue durante esta contienda, estando la capital sitiada por los insurrectos, cuando se produjo el bombardeo y la ocupación de Villa Duarte por tropas de los Estados Unidos de Norteamérica, sin que Cáceres levantara su voz en protesta. Además de dictatorial el gobierno de Morales Languasco se destacó por su política entreguista, con la que Cáceres estaba totalmente solidarizado.

Cáceres ocupó la presidencia de la República en 1906, cargo que conservó hasta su muerte ocurrida el 11 de noviembre de 1911 cuando cayó abatido a balazos en un atentado producido por un grupo de jóvenes opositores, encabezado por Luis Tejera.

Ulises Francisco Espaillat

Nació en Santiago de los Caballeros el 9 de febrero de 1823. Fueron sus padres Pedro Ramón Espaillat y María Petronila Quiñones. Casó con su prima hermana Eloisa Espaillat con quien procreó seis hijos.

Hombre culto y de vigorosas convicciones, madurez de criterio y profundidad de pensamiento, desde muy joven fue reclamado por la sociedad para el desempeño de cargos públicos de responsabilidad.

Fue miembro del Senado y de la Cámara de Representantes, Interventor de Aduanas de Puerto Plata, miembro de la Diputación provincial de Santiago, comisionado del Gobierno en esa ciudad y en las provincias del noroeste del país. Se desempeñó en diferentes ocasiones como miembro del Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros y fue miembro de la Asamblea Constituyente que se reuniera en Moca entre los años 1857-1858, además participó como miembro de la Sociedad de Fomento de Santiago

Trabajó arduamente por el progreso de su pueblo y convencido de que para el éxito en el área agrícola es indispensable una buena comunicación, abrió un nuevo camino entre Santiago y Puerto Plata.

En el campo político se opuso ardientemente a la anexión del país a España y, acusado por sospecha de complicidad con el movimiento de Restauración fue condenado a diez años de expatriación. Indultado más tarde, regresa al país en 1863.

Fungió como Vicepresidente de la República en 1864. Hombre de posiciones firmes y decididas fue perseguido y encarcelado en varias oportunidades y, decepcionado, decide retirarse de la vida política pero, un hombre de valores como éste no se deja ir mansamente y es requerido nuevamente por sus conciudadanos. En el año de 1876 fue elegido Presidente de la República por abrumadora mayoría de votos y, como tal, suprimió las regalías y dádivas que por costumbre y en inmoral acción, entregaban los presidentes a aquellos jefes y oficiales que habían colaborado en su ascenso al poder.

La moralidad y honradez de este ilustre hombre fueron ejemplos mientras duró su presidencia. Fue depuesto, en gran parte debido a la supresión de las gratificaciones mencionadas y al abandonar la presidencia dijo: “Yo creí de buena fe que lo que más aquejaba a la sociedad de mi país era la sed sumamente moral y regeneradora; pero otra sed aún más terrible la devora: la sed de oro.”

Como escritor de amena y conceptuosa prosa nos dejó su interesante obra “Escritos de Espaillat”, una serie de documentos, cartas y artículos que se editó como iniciativa de la Sociedad “Amantes de la Luz” de Santiago de los Caballeros.

Gregorio Luperón



Una de las más relevantes figuras del escenario histórico dominicano: Patriota, militar y político. Nació el 8 de septiembre de 1839 en Puerto Plata hijo de Nicolasa Duperrón y Pedro Castellanos. Su madre era nativa de una de las islas caribeñas colonizadas por Francia. Dedicada a humildes tareas de subsistencia era lavandera, dueña de un pequeño ventorrillo, y hacedora de dulces domésticos que su numerosa prole, entre ellos el pequeño "Gollito", vendían por las calles de la villa que era importante puerto de mar. Así lo consigna, para su honra y honestidad, el mismo Luperón en páginas de su autobiografía, lo que revela que fue hombre sin complejos, ni resentimientos por su origen social. Asistió a una pequeña escuela local en la que fue alfabetizado y aprendió escasos conocimientos generales. Protegido de un señor francés apellido Dubocq, a los quince años de edad, se desempeñaba como encargado de cortes de madera en el paraje de Jamao, lugar cercano a Puerto Plata.

Empeñado en aprender encontró en la casa de su protector numerosos libros de historia que leyó con avidez, entre los cuales estaba "Vidas Paralelas", de Plutarco. En ese solitario lugar fue asaltado por una banda de facinerosos que estaban enterados de que guardaba dinero y, en singular combate al machete, dejó sin vida a dos de sus agresores y mal heridos a otros dos. A partir de entonces su fama de hombre valiente se propagó por la comarca. Tenía apenas 16 años. "El pleito de Gollito" quedó como sinónimo de valor.

Para el momento de consumarse la Anexión a España, en 1861, residía en Sabaneta de Yásica. Públicamente se manifestó contra la decisión de Pedro Santana y, a partir de ese momento, fue señalado como enemigo de la monarquía. Reclamado por el Gobernador Juan Suero, ya en su presencia, atacó al oficial que le llevaba detenido escapando por las calles de Puerto Plata. Fue a refugiarse por los campos de Montecristi y se embarcó para los Estados Unidos en compañía de un hermano.

Regresó al país para fines de 1862 estableciéndose en Sabaneta, hoy municipio cabecera de la provincia de Santiago Rodríguez, lugar en que se presentó con el nombre de Eugenio de los Santos dedicándose a las actividades de curandero. Todos le conocieron como Eugenio el Médico, lo que demuestra la audacia y el mimetismo de este personaje. Allí era un agente y propagador de la lucha contra España. Tomó parte activa en la intentona patriótica que bajo la jefatura de Santiago Rodríguez se había organizado en la región, con el fin de proclamar la Restauración de la República el 27 de febrero de 1863. Develado el movimiento fue perseguido y obligado a ausentarse del lugar. Aparece en todas las sumarias abiertas por las autoridades españolas incriminando a los patriotas como criminales de guerra. En una de ellas figura como "propagador de la revolución" y es condenado a muerte. Mientras tanto se había refugiado en los campos aledaños a La Vega realizando la misma tarea de agitación que había realizado en la Línea Noroeste.

Aparece de nuevo el 30 de agosto en el paraje de Gurabito, durante el inicio del sitio de Santiago cuando Gaspar Polanco, arrastrado por Pedro Pimentel y Benito Monción en la persecución de Buceta, se ha incorporado al movimiento restaurador. Pimentel y Monción iniciadores del levantamiento en Capotillo reciben al joven combatiente, lo presentan a Gaspar Polanco, jefe del sitio, y le otorgan el rango de coronel al intrépido puertoplateño. Ahí comenzó la carrera militar de Luperón. Participó activamente al frente de tropas de vanguardia en la batalla del 6 de septiembre, desde donde queda su fama de valiente, rápido en la acción y sereno en el combate. Ocupada la plaza, humeantes los restos de la ciudad, ascendido a general, Luperón es nombrado Comandante de Armas de Santiago. Firma, entre los primeros, el acta de la Restauración de la República y su carrera en la vida militar y política no se detendrá jamás.

A partir de esos momentos se convierte en el soldado más activo de misiones difíciles del gobierno restaurador. Como Jefe de Operaciones estará presente en Bonao y Cotui y en los primeros días de noviembre es trasladado a la región Sur, para contener los excesos de Pedro Florentino que ocasionaban daño político al gobierno en armas de la República. Está presente en la campaña del Sur y entra a San Cristóbal y Baní acompañando a Florentino. Retorna al Cibao, cruzando dos veces la Cordillera Central y aparece en Montecristi al lado de Benito Monción.

En enero de 1864 es designado Jefe de Operaciones en la línea del este para enfrentar el avance de Pedro Santana por el paso de Guanuma. Allí libra los combates decisivos de Bermejo, el 3 de febrero y el de El Paso del Muerto, el 24 de marzo, en el que muere el general Juan Suero, el Cid Negro, quien había intentado detenerlo en Puerto Plata siendo un joven desconocido. Regresa de nuevo a Santiago, capital política de la República, y es designado Jefe de Operaciones en la Línea Noroeste. Ascendido a General de División el 18 de octubre de 1864, junto a Benito Monción alcanza, a los 25 años, el más alto rango militar de la nación. Ha sido en apenas un año y medio, desde un simple desconocido, prófugo y curandero, Coronel, General, Jefe de Operaciones en el este, Delegado del Gobierno en el sur, Gobernador de La Vega, Jefe de Operaciones en la Línea Noroeste, Comandante de Armas en Santiago y jefe militar victorioso en decisivos combates, librados contra los españoles en las cercanías de la Cordillera Central.

Desocupado el país por las tropas de España y bajo el gobierno provisional de José María Cabral, es designado Delegado del Gobierno en el Cibao y Gobernador de Santiago. Luperón ha salido del proceso de la guerra de La Restauración convertido en una figura militar y política de relevante categoría. Durante el transcurso de ese episodio actuó junto a figuras de primera magnitud en las luchas patrióticas: Matías Ramón Mella, José María Cabral, Ulises Francisco Espaillat, [Gaspar Polanco]], Pedro Pimentel y otros que lo protegieron y defendieron, cuando su agresividad lo llevaba a desconocer las reglas de la disciplina que la irregularidad de la situación imponían. Mella y Espaillat, según él mismo relata en sus memorias, le dispensaron siempre un trato afable e indulgente. Con 27 años de edad, su liderato comenzaba a brillar y a imponerse frente al peligro del retorno oportunista de Buenaventura Báez. Alrededor de su figura enérgica, valiente, impulsiva, se irá aglutinando lo más selecto del pensamiento republicano de la nación.

Regresó Báez al país y pasó inmediatamente a ser Presidente de la República, rescatada de la traición, por la cual nunca luchó. Derrocado su gobierno, regresó en 1868 actuando como un agente del colonialismo norteamericano. Luperón se convierte en el jefe de la oposición y secundado por Cabral y Pimentel inició la insurrección que conoce la historia con el nombre de la Guerra de los Seis Años. Infatigable, combatió durante ese largo, represivo y oscuro período, al gobierno entreguista apoyado por los Estados Unidos. Adquirió un vapor, "El Telégrafo", y realizó incursiones marítimas para desestabilizar el gobierno. Cuando se produjo el derrocamiento de Báez en 1874, Luperón era la figura militar y política más importante del país. Líder del llamado "Partido Azul", no obstante sus limitaciones culturales, aglutinaba como cabeza visible a los hombres más distinguidos y preparados de la nación: Espaillat, Bonó, Meriño y Billini. En 1879 asume la Presidencia Provisional de la República y pone en vigencia medidas progresistas para bienestar y desarrollo de la sociedad. Más adelante viaja por Europa y se codea con personajes del mundo político económico y cultural.

En su ausencia, delegó el mando en su protegido Ulises Heureaux quien se alzará con el control del poder y del país. A partir de ese momento comenzaron las vicisitudes de Luperón y de la República por la que tanto había luchado. Con su actitud de no querer ejercer el poder directamente, sino a través de personas de su confianza, abrió las puertas a una desgracia nacional.

Aferrado a Puerto Plata y a las ventajas que daban las relaciones con los acomodados comerciantes de esa plaza y el manejo a discreción de su aduana, que consideraba patrimonio propio, Luperón sentó un ejemplo funesto para el futuro del país. Grave responsabilidad de la que no puede exculparse. No pesa en contra de su figura histórica, de manera determinante, por los grandes servicios que prestó a la nación y por su lucha intransigente en defensa de la soberanía nacional.

De cuna humilde, sin apellido sonoro, autodidacta imperfecto, vibró siempre en él, desde su primera juventud, un firme sentimiento de amor a su patria que lo elevó a las más altas jerarquías de la vida republicana. No fue, como se dice incorrectamente, el gran jefe de la Restauración. Su papel fue notable. En su liderato de la guerra popular, activa, de movimientos, no tuvo rival, pero no ejerció nunca la jefatura política y militar del gobierno restaurador. Por encima de su mando estuvo el de los tres presidentes del gobierno provisional: Salcedo, Polanco y Pimentel. Como su superior inmediato, estaba Mella también, cuando desempeñó las funciones de Ministro de la Guerra. Los cuatro próceres señalados tenían en su historial el mérito de las guerras de independencia. Mella, fundador de la República; Gaspar Polanco, General de División; Salcedo, Teniente Coronel y Pimentel, Coronel de Caballería.

A Luperón le toca la distinción de ser pionero en la lucha contra el colonialismo norteamericano en el Caribe. Ese solo galardón lo cubre de gloria. Pero otros méritos le corresponden. De todos los próceres de su época fue el que demostró sentido político en el momento histórico que le tocó vivir y del papel que él mismo jugaba en ese momento. Por eso se ocupó de que Rodríguez Objío escribiera una biografía de su persona y un ensayo histórico de La Restauración y se dedicó a escribir sus memorias, recopilar documentos y reseñar hechos que, no obstante la pasión y el papel protagónico que se atribuye así mismo, constituyen importante aporte para el conocimiento de esa Epopeya y los acontecimientos que se sucedieron. La figura de El Centauro de Isabel de Torres, republicano, gloria de la dignidad y valor del pueblo dominicano, auspiciador de la independencia de Cuba y de Puerto Rico, activista del antillanismo, será siempre un ejemplo para todos.

Información Tomada de: http://www.mi-rd.com/Interes/Historia/Gregorio_Luperon.html